miércoles, diciembre 11, 2013

Nada que perder

Al menos no te faltan zafradas, me diría aquel niño. La cosa es que no tengo trabajo, el amor se acabó una vez más la semana pasada, me vino la más larga crisis de dermatitis en mi piel, el celular no me funciona y lo tuve que pagar, mi mamá se tiene que hacer una costosa operación, tengo heridas infectadas y en una semana he roto 1 jarro de vidrio y dos tazones.
Podría ir peor, claramente, me dijeron que viera Breaking Bad y sí, podría ir peor. Pero aun no me notifican mi fecha de defunción, por lo que cualquier terapia que incluya ilegalidades destructivas varias podría costarme varios años pagándolas en vida.
No quiero que me vaya tan mal, haré la historia de a alguien que sí le va mal. A veces que te vaya mal no es tan malo, de hecho,  es disfrutable. Quien se ríe de su desgracia es menos desgraciado que el bienaventurado hundido en la rutina. El sufrimiento puede transformarse en algo bueno. Puede acabar con la vida pero también puede impulsarla. Quiero que la vida se impulse, aunque de acabarla, moriré riéndo para ser menos desgraciado.

(p.e. Luego de unos días salí en mi querida bicicleta y se le rompieron los platos, quedó inutilizable. )